Algunos tuits tras la lectura de Los valores en el discurso público, de Juan Pablo Cannata (Logos, Argentina 2014, 159 pp.)
- La amistad es el idioma de la comunicación de la fe.
- Un discurso tiene más peso cuando se apoya en acciones específicas que lo respaldan.
- La mentalidad actual reclama respuestas existenciales a preguntas que se hacen desde el corazón.
- Sintonizar con las personas, comprender sus preguntas, es punto de partida de toda comunicación, y expresión de caridad.
- Quien comunica la fe mira a la cultura actual con respeto y cariño: es su cultura.
- Conocer más para transmitir mejor: un binomio que ofrece enormes posibilidades.
- La nueva evangelización comienza por suscitar una “nueva curiosidad”.
- En el mercado de la atención, hay que derrochar creatividad para suscitar la curiosidad del público.
- La creatividad, esa chispa que surge del roce entre estudio, discusión, preguntas, sensibilidad, tono, lenguaje nuevo…
- La creatividad es el alma de la nueva comunicación de la fe, la puerta para entrar en el horizonte de interés del otro.
- Valor de las “escapadas sabáticas”: nuevos lugares, lecturas, conversaciones… en ese clima se originan las ideas disruptivas.
- Conviene mirar con respeto a quienes diseñan o producen contenidos que son celebrados y valorados masivamente.
- A veces se diagnostica “complot de los medios” donde no hay más que desconocimiento de los estándares profesionales de comunicación.
- Las palabras poseen distinto peso según quién las use; generan confianza o desconfianza, inspiran o aplastan; promueven, remueven o condenan.
- Una fórmula para proponer la fe cristiana: Amor + Libertad + Alegría + Magnanimidad = Esperanza.
- Tres principios del trabajo para servir a los periodistas y a la audiencia: ser media-friendly, studio- ready y ego-free.
- Valero: “hacerlo igual que la Coca-Cola, pero con el mensaje de la Iglesia, que es más positivo e interesante”.
- Mantener la calma siempre funciona.
- Ojo con la erudición. La comunicación de la fe necesita palabras sencillas para explicar ideas complejas.
- Servimos a la Verdad cuando no intentamos “derrotar” al otro, sino que buscamos actuar con respeto, empatía y claridad.
- Reza al entrar en un estudio TV: desaparecerán los nervios y pondrás el ego en su lugar; y recordarás para qué y para quién vas a hablar.
- Si sale mal, ¡alégrate! El éxito no tiene casi nada que enseñarnos.
- Actuar y comunicar es lo mismo. Hoy las acciones comunican mejor que los actos lingüísticos.
- Más que gestionar mensajes y relaciones con los medios de comunicación, la clave hoy reside en gestionar “valores y significados”.
- Hay que mostrar que la Iglesia cree en la pluralidad, pero no en el relativismo.
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